Una corbata tiene dos defectos mayores : se mancha y se arruga. Para dar una larga vida a su corbata preferida, se le recomienda poner mucha atención a lo siguiente.
Para evitarle salpicaduras y manchas, debe protegerla al cenar pero también cuando vaporiza su perfume.
En caso de torpeza sobre una corbata de seda, le será muy difícil encontrar un remedio sin dejar manchas. Lo mejor será llevarla de manera urgente donde un tintorero que sabrá utilizar los productos adecuados.
Fuera de las manchas, el enemigo que hay que combatir es el pliegue sin gracia. En efecto en la mayoría de los casos las corbatas no soportan bien las planchas. Más vale entonces tratar de estirarla con dulzura suspendiéndola algunos días en su colgador para corbatas.
De manera evidente, lo mejor es no arrugarla y para ello, existe una astucia : el nudo debe ser ligero para evitar las arrugas.
Una vez que se saca la corbata, se debe suspender sin nudo; también se puede enrollar o poner simplemente en plano horizontal.
Si usted lleva una corbata de viajes, enróllela en una caja rígida o mejor invierta en un estuche para corbatas.